A las puertas del corazón

Aquel sutil movimiento cambió la percepción de su centro.
Atinando en la Diana de su verdad.
Y no era solo la respuesta al poema escrito..convirtiendo al arte en algo aún más bello.
Era la realidad hecha cuento.
O el cuento hecho realidad.
era el descubrimiento de aquel maestro en el callado lenguaje, que con aquel acto, hacía de la comunicación con los elementos un arte

Ella, pequeña soñadora,  que aún sabiéndose paradójicamente libre,  no encontraba palabras para definir aquella emoción, tal vez porque no existían palabras. de tanta variedad de sentimientos.

Pero supo que su corazón estaba siendo envuelto por un fino hilo dorado, al que sólo él, si es que se sabía mantener en aquel estado de inspiración,.. .Sólo él, era dueño y a la vez esclavo.

Su corazón, que siempre había sido libre estaba a punto de morder un anzuelo, O pero aún, aquel hilo dorado era trampa con la que ser cazado.
Su corazoncito que nunca supo de cortejos de amor. que siempre le palpitaba a la vida, de la forma más sencilla, Estaba a punto de conocer en primera persona del singular, aquello que, con carácter impersonal,  tantas veces había soñado.
Entonces Su mente experta en estos trances. Susurró al corazón, pero despacio para no hacerlo llorar ante el posible error de creerse en el punto de mira.
Que :
Un corazón que no sabe de anzuelos amargos... No dudará en picar el anzuelo, no dudará en morder el señuelo de la trampa..
La mente alerta, por si  fuera una trampa encubierta Para que su corazón fuera, o comido vivo, o de amor matado.
Mente en vilo.
(depeche mode. Free love)

Y qué misterioso sería vivir al caballo en movimiento. Para tal vez eliminar al alfil de la  tozuda mente que no dejaba al corazón dejar comerse. que no lo dejaba amar.
y es que ese corazón solo sonreía y era feliz cuando seducía, porque al contrario nunca lo había intentado. Pero quién le iba a decir a él que dejándose seducir era  más feliz, algo duro de digerir.. con ganas de gritar y correr y llorar, y morder si, morder el anzuelo,, con ganas de ser cazado, para volver a sentir la seducción en cada paso dado.
Y a la vez que maravilloso sería poder observar al maestro creando espinas del hilo dorado, como si de un tallo de flor espinada, rosa bordada  se tratara; Armadura vegetal para aquel corazón de un amor sin igual.
Porque recordemos, no sea que el cuento se nos vaya de las manos, recordemos sí, que cada poema escrito por la aprendiz , era por el maestro representado, siempre de forma sutil, como un movimiento acompasado.
( sting. Shape of my heart.)

Y es que ellos eran oníricos , cuento y poesía, algo no mancillable, algo no tosco ni cuadrado, de espirales infinitas, tal vez sencillos a primera vista, Pero de tan sutiles, en los detalles que hacían del arte un arte en si mismo.

Ahora a ella le tocaba responder de forma acertada.
aún sabiendo que ni siquiera la magnificencia natural de la más bella melodía creada, podría igualar aquella destreza en el caminar por ésta vereda, de sueños, palabras y quimera.
Pensó entonces en su Alfil, y en el hilo bordado.
Pensó entonces en su corazón y en las espinas con las que debía ser vestido, para lucir hermoso, cuando el hilo se transformara en tallo y abriera la copa en flor..para poder ser entonces entregado.
El alfil de nuevo en posición , en la cuadrilla al lado del Sol,  posición en aviso, apaciguando al calor de la hoguera , para que la espina naciera hacia fuera y no al revés. que no quería ver, deshilacharse al corazón por dejarse comer tan rápido. o aún peor y ser matado por el abrazo de un amor incontrolado.
(Madonna. Frozen.)

Y entonces la espina fue nacida y creada, pero hacia dentro .. Con la torpeza del silencio en el momento que debía ser sílaba para el encuentro. Y en respuesta patada a la corteza tirada, por aquel silencio, o aquel repentino encuentro, no esperado.
El destino tiene maneras contradictorias de mostrarse... El de ella ofreciendo lo que hace días soñara.. Volver a ver el semblante del cuervo blanco. ¿El de él? , quien sabe, tal vez enfrentarse de cara con su miedo.
Silbido de arrullo al oído. Silbido contento.
Y cómo el destino es así, juguetón e inquieto. Sin esperarlo ninguno de los dos, y en el momento insospechado. Aprendiz y maestro que vuelven a verse. Conectando su universo... Para regalarse a la noche y a través de la mente, algunos momentos de ese amor necesario. De tocar y acariciar con el sueño, sus sueños. Algo que parecía imposible en ese presente
Para después desconectar sus mentes, un rato y dormir soñando con lo extraordinario 
(Bunbury. Odiame)

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