Las Heridas Del Viento
Cada ramaje de éste árbol milenario, avellano, escondido, en el profundo olvido. cada ramaje de éste Avellano, que se odia a sí mismo. olvido de sus raíces, olvido de sus flores, que no miran hacía su destino, ni al árbol que a su lado yace queriéndolo. El No, tatuado en algún perdido aro de su ancestral edad. en No lo domina. tal vez por el recuerdo infinito de alguna herida que el viento le hizo (Dorían. El Temblor) el viento, queriendo curar una herida, al susurrar, una verdad convertida en hecho: convertida en mullido lecho: amor mío, árbol mío si al morir, recuerdas, no te arrepientas de nada. Sí al morir recuerdas, conviértete en luz. o pídete. volver a nacer, A tí mismo. porque si arrepentido, recuerdas mi cariño. será que los sueños duelen cuando se ven incumplidos (Dorían. Cualquier otra parte) Y es qué éste árbol mío, Extraña aquél lenguaje el de tu rostro. Extraña acariciarlo Entre leer tus gestos. Amarlos. Y aún así sonrío, Aun sintiendo a mí corazón sombrío.