El duende del Avellano

Fue pánico, Fue miedo y nervio. Enmascarado en cabreo. De ver que,  Con muchísima lentitud Se acercaba.. Muy muy despacio.. Pero de frente.. Dejando verse. Inundando con su presencia Y con su descaro..  Al Corazón arrugado, A la eaperanza verde. Pero no pudo sonreír. Ni sentirse feliz. Porque aunque no había engaño.. En el observar de su sentir. Le pudo el pánico Y su esencia comenzó también, y muy lentamente a huir. Y esto lo cambiaba todo. Porque Cuando se susurra el amor  Al corazón  Y desde el alma. . las alas van creciendo. Y alzan el vuelo, Pero de forma totalmente desordenada.  Cayendo entonces en picado, Dibujando su propio desconcierto. Ante tal descaro (manchester orchestra. the gold) Pero sentía si, Sentía muy profundo, Sentía muy dentro de sí. Sentia el cortante y abrasador hielo, Pegado a la yema de los dedos. Sentía sin querer sentir. Que todo en ella estaba muerto, A punto también, de resurgir. Eso sentía, sin q

Solo fué la bruma atormentada de su mirada, Cuando miraba a la tormenta que se avecimaba. Pero sin verla realmente. Y entonces parecía ser que, con cada trueno Se acercaban al cuerpo a cuerpo. Pero sin separarse del lejano abrazo De la comprensión en la acción. Porque Tal vez le pensó a ella diferente. Diferente a quien es Y se lo creyó . Encontrada la esencia.. Pero Cerrada la flor, Aquella que abre mentes, Y Resucita a quien la huele. Aquella que, Con cada pétalo y espina, da en el blanco del alma. Y sin ser mentira, Al ser recordada. PorQue le confundía Cada chaparrón Convirtiendo al amor Sincero, en un hervidero, De sueños Sin miedo. Sin dueño. Sin dolor. Aunque parezca irreal. Como fogonazo o resplandor. Como un nuevo final. Porque la tentación no era aquello que parecía ser. La tentación venia de si. Y Fué puesta en el caldero, Como ingrediente nuevo. Para que no lloviera de duelo. Si negro se volvia el cielo, Para que sanara con el ag