El duende del Avellano

La esperanza nunca moríria.  Él lo sabía.  Ella lo Intuía.  La esperanza de volver  Volver a parar el Tiempo  En sus ojos.  ¿Porqué se fue? . ¿Por qué no Volver....?  Aquello tan importante  Con bandera en el amor  ¿Cuando Dejó de hondear?  ¿Acaso El amor no era libertad.?  Volver...  Pero aún quedaba un destino más.  Una parada más en el Camino.  Antes de volver a caer en el delicioso abismo de la interrogación hecha confirmación.  Porque . La libertad es amor Pero también al revés. Y es que, Volver siendo la misma cosa, Haría repetir patrones,  Tropezar con las mismas piedras, Que hirientes,  dejaron heridas,  que aún a día de hoy,  se recuerdan.  Mejor es ser otra cosa.  Ser Quien se siente bajo la piel.  Y olvidar el poema que era  corteza de su piel.  Siempre cantarin,  como arroyo naciente.  Espuma de torrentera.  Llanto desgarrado de un alma  no curada.  De un corazón echo pedazos  por un lejano pasado

Está a punto de comenzar.. Siéntese cómodamente en su diván. Respire o contenga la respiración.  Cierre los ojos o vuélvalos a abrir.  Porque ésto está a punto de comenzar.  Se puede oler la fragancia suave a palomita de maiz.  Se puede oler.  El sabor de los nuevos tiempos. El inicio de la melodia que acompañará a lo que va a ocurrir.  También se puede oír. Cómo la respiración de un hombre  Que empieza a vivir acorde a su edad.  Se puede Oír.  Así que tome aire porque en seguida va a salir.  Muy despacio se deja ver, tras el telón.  Muy despacio se deja oir el apenas perceptible arrastrar de la gasa del vestido de tul.  Muy despacio  se deja intuir la mirada viva e infantil.  De quien una vez fuiste tú  Siéntese acomodese.  No va a por usted.  No sabe morder.  Pero lo intenta.  De tanta rabia.  De tanta impotencia.  Aquella niña que nunca fue niña Ni tampoco mujer   Pero repito relájese.  Respire tranquilo.  Quien