La verdad

Ella sólo deseaba estarse quieta en la madrugada.
No mover los pies hacía él.
Y es que Era momento de que fuera al revés.

Porque sus Pasos fueron dados en falso.
Porque siempre le tocaba a ella romper la cadena atada a la imposibilidad.
Porque siempre ella conquistaba, seducia, respondía a la intuitiva llamada del hombre.
Y estaba cansada de repetir siempre el gran salto que con el tiempo nunca funcionó. Un sueño de papel. Que dejaba regusto amargo y siempre a ella, le hacia huir. Dejando en la estacada al enamorado.
Ya demostrada su fuerza.
Pero no podía más. Esta vez no quería huir al cabo de los años, por la inseguridad de no saber, si acaso él amaba por haberse dejado amar.
O cómo ella sentía.
 porque Amaba de verdad
 Con la verdad del valiente. Con la determinación de quien quiere y puede.
Una prueba llena de bondad hacía ella. De amor propio.
Porque de verdad que ya no podía más.
Necesitaba, verse conquistada y no al revés, como siempre en su vida ocurrió.
Porque al Revés nunca funcionó. Nunca.
Porque al revés ella escaparía de nuevo y otra vez. Y ésta vez no quería. No quería.
Esta vez no. Y la única seguridad era un paso dado por él. Nada más. El paso que ella en su pasado siempre le tocó hacer.
Y no era llamada de emergencia o sí.
Tal vez era algo que no se podía definir.
El por fin darse cuenta de qué cosa era, lo que le paralizaba en el momento de ir en su búsqueda a recibir la palabra esperada.
Y sin saber cuál era.
Miedo al no.
Miedo al si.
Miedo a ir y a no ir.
Miedo, siempre miedos.

Y que difícil era dar en el blanco de aquel corazón herido. De aquella musa creativa
Que no creía en la repetición.
O simplemente no reconocía
cuando el paso era dado.
Al ser repetición de un fallido pasado.
La presente cercanía. No valía.
La palabra al aire
ambigüedad dolida.
Tal vez. Si tal vez.
Aquel desaparecer
que siempre funcionaba.
Por darle tiempo a la meditación
 y descubrir así el último movimiento, 
Aquel que hace final feliz a todo cuento..



También tiempo al despecho
Y porqué no decirlo.
A la consiguiente confirmación
Del viejo sentir hacía aquel amor.

Entonces ellos sabían que debían volver.
Para comprobar si.
Si había dado resultado.
Aquella estrategia del inconsciente.
Y el resultado era la no repetición.
Pero de repetida raíz.
Estrategias y movimiento.
De una tablero de ajedrez.

Porque él se sintió perdido,
En su sentir dolido.
Tal fué la frustración.
Ella desorientada por no entender nada,
De aquel vacío tras su momentánea desaparición.
Aquella pieza movida, aquel alfil que repetía la estrategia del contrincante,
Siempre dos pasos hacia delante,
Cuando no se espera el movimiento
Protegiéndose por si fuera jaque.
El tiempo en lentitud cayendo por el reloj de arena.
Ella que vuelve sobre sus pasos haciendo lo mismo que en el pasado.
Caai sin meditar.
Y así, claro. Le fué mal.
Su querida alfil desprotegida,
A punto de ser comida,
Algo que por suerte.
Él aún no había sabido ver.
O eso creía.
Porque en el ajedrez como en sus vidas.
La palabra no existe.
El pensamiento oculto,
Del contrincante.
Hasta que no moviera ficha.

Y la ficha comida era un orgasmo al corazón,
Por comprobar
La inteligente intuición.
Seguro.
Seguro haría avanzar peon.
Con movimiento silencioso. De una sola casilla.
Movimiento sin verdadera acción.
Que es cómo no mover.
¿O acaso no?.
Acaso él podría ver algún cabo suelto en el tablero que a ella se le escapaba en éste juego estratégico.

Porque no era un ajedrez al uso.
Ella no veía sus propias piezas.
 Sólo él.
Y al revés.
Como un juego a ciegas
Como cartas sin marcar.
Cómo puzle al que le falta
Una sola pieza.
Que cuál era?.
Tesoro por encontrar.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Las Heridas Del Viento

El Alma Perdida en el Corazón Hallado

Soledad