Entre aguas.


       (Yann Tiersen. Porz Goret)
Entre los dos 
Mil gotas que se resbalan,
entre el corazón , sin retención
Se diluyen con la sangre sin comprensión .
Separados entonces, del corazón, la mente.
y La mente que a la tierra se aferra.
Y el corazón que naufraga en alguna cumbre escarpada.
Pero en lo alto, donde no hay nada más que el azul claro.
Próximo al vacío espacial, ingravitacional y helado.
El rumbo fijado de una mente cabezona, por olvidar al corazón que grita desolado, y desde tan alto, que imposible es, saber nada de él y de su llanto.
La mente acompañada y arrullada por Urracas y Milanos, que alientan su coraje con vuelo raso.

Mente Confiada en una  estantería llena, de libros ya usados, que cerrar y abrir puede, cómo si no pasara nada, ni nada le fuera extraño.
Pero es real, no inventado, que el corazón no quiera, ni pueda callar sobre lo sentido y observado.
Sabe que el libro más importante sólo se cierra con la muerte.
Y con el nacimiento se abre el tomo en blanco.
Que sus páginas garabateadas no saben de puntos finales, si no de comas y puntos aparte.
Es por ello que grita, suplica y llora, en un intento desesperado, de dibujar ojos a ciegas. Pálpito a pálpito, con la tinta de cada bombeo latente.
Pero están tan separados ambos, que no llegan a transcribir, el uno a la otra lo que se está olvidando.
Y viceversa, que sería lo apropiado.
(U2. BOOK OF your hearth)

¿Como poder escribir sin manos Lo que la mente muestra, convirtiendo en hecho el ideario?.
O dicho mas sincero, como llevar a cabo la orden de la mente, si el corazón es, quien la clave tiene para hacer realidad el sueño más lejano, aquel que dicta la esperanza, que aconseja en salud, según los dictados normales del ser civilizado?.
La normalidad expuesta, a todas luces la correcta, de lo que es bien y es mal, para un corazón que no sabe de más leyes, que las naturales. Cómo el latir de los volcanes,  o el rugir de huracanes.
cuando dentro pincha aquel amor innombrable.   
(El Columpio Asesno. La Pera Del Hortelano)

 Aquello que atraviesa la mente colectiva y humana, aquello que separa al corazón de la mente, inevitablemente, se vuelve mundano, adheriendose como enfermedad incurable al tejido de la conciencia común.
Y parece ser que, imposible es evitar el sentirse desgraciada, fustigando así al colectivo humano, por creencias religiosas ancladas desde un pasado muy muy lejano.
Aquellas que separan,
mente de corazón,
Dejándonos desolados.

Y nos vemos como sapos encantados, esperando un beso del exterior lejano que despierte nuestro más sincero lado.
Aquello que realmente sabemos que somos. El secreto de la existencia mejor guardado.
Ainss pobre especie pérdida en sí misma, que aún no comprende que el exterior no es solución, sólo fruto de una imaginación, que cómo río desbordado, crea espejos del Ego, para vernos tu y yo de vez en cuando. 
(Noir desir. Le vent nus )

Pero ella No sabe aún que a cada segundo estamos siendo besados, por esta tierra, llena de todo lo vulgar y extraordinario.
Tal vez por hallarse dormidos los sentidos.
Tal vez por tener al corazón callado.
Y si éste calla o más bien dejamos de escucharlo, ni besos ni caricias habremos hallado,
Que la mente es traicionera como máquina que no piensa.
Y únicamente muestra, repeticiones aprendidas, de cada experiencia vivida, desde que se nace y antes de eso, desde las otras vidas vividas, grabadas en nuestro inventario.
Corazón y mente separados. Y eso hace daño.
Nos odiamos por no querernos.
No nos queremos por no escucharnos.
Nos castigamos entonces
Auntoimponiendo nuestro fin.
El fin del ser humano.
           (La Moda. Naufragar)

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