El sentir del corazón desolado

Empezaba un nuevo cuento
Como un nuevo día. 

Empezaba la aventura.
Sin adentrarse en la locura.
Y empezaba así:
Sonando de golpe,

Tras el sueño 

En cada amanecer.

Sonando como un aullido en la voz.

 Tras escuchar aquella canción.

Y era un aullido
 tan fuerte cómo un grito
Y que, Tras cada golpe..
rasgaba la piel; 

Como golpea el oso
Cuando tiene ganas de miel, 

Al árbol que vuelve a florecer,
Tras la lluvia de éste otoño
Que recientemente se dejaba ver..

Instintivo, 

Intuitivo. 

Certero. 

Como un beso 

Lleno de miedo. 

Y De rabia 

Y De odio visceral 

Naciente en el corazón.

Pero sin saber la razón 

 Al  torcido árbol, 

Lo enderezó. 

Con cada golpe
Al corazón...
De aquella pared
pared de odio visceral que
Se transformó en cristal.

Al Oír el latido
En el otro oído,
En el de la sien
Del árbol torcido.
Que Cómo un escalofrío.
De duro invierno
Recorrió sin recelo
Al interior florido.
Del Sueño cumplido,
Que no terminado.
Y en presente vivido.
Siendo macerado.
Diluyendo el veneno.
En la sangre inyectado.
Veneno en boca
Boca del pasado.

Y que aquella costumbre Del sentir,
Sentir querido
Por ser un sentir herido,
Que siempre fué lo mismo.

El mismo modo de amar
cuando se es, o no, correspondido.
La misma fórmula en el reaccionar..
Y repito :
 Que Aquella costumbre al amar,
 fuera desechada.
PorQue...
 qué otra teoría quedaba
Si se amaba,
Como si no se fuera querido.

Si la mirada decia dolor.
En el amor.
Cuando el amor decia adiós.
Adiós a la mirada.
Y aún así enamoraba.
Y aun así hechizaba.
Pero sin peligro se pensaba..
Aún Estando en vilo,
Por lo que pasar pudiera,
Cuando se estaba
Tras el ojal investigada.
Cuando se estaba,
Aunque no se pudiera,
Acertando en el núcleo
De la Diana.

Pero la vida regala muchas mañanas,
Y cada una es diferente.
Mira si es creativa la vida,
Que sin ser mentira
Siempre es diferente.
Imposible así competir
 para creerse más inteligente.
Imposible saberse así diferente;
De cualquier especie
Imposible sorprender con nuevo patrón,
Al tocar la vida en el mismo botón,
Apretando de manera distinta
En la misma herida.
Reacción entonces ya sabida,
Por quien sabe mirar,
Por quien todo lo mira
Sin observar.
O al revés, vete tú a saber.

Entonces suena esplendorosa la sonrisa,
Del valiente.
Entonces parece que no duele.

Pero duele,
Porque ambos son humanos,
No son la vida creativa,
Solo cerebros en los mismos patrones enjaulados.

Y aún habiendo sorpresa
En el apremio,
En la petición de poder vivir
Un nuevo renglón
Para escribir,
Alguna nueva vivencia
que nos elevara Al cielo,
Y nos conectara de nuevo
Para seguir sabiendonos eternos..
Aún habiendo sorpresa..
No la había.

Y aún sabiendo La respuesta,
Sabiendo que no sería la misma
Reacción de aquel otro día,
En el que se hundieron los dos,
Cuando a él le temblaba la voz
Y ella andaba ida por la emoción.
Aún sabiendo la respuesta,
Aún no habiendo sorpresa..
Se sorprendió.
cayendo en la provocación.
Cómo nunca caía.
Provocación ya sabida,

Menuda carcajada soltaron los Cuervos de madrugada,
Al tirar por tierra la teoría,
De que el humano no es como la vida,

Ahora a ella le tocaba mover ficha,
Y decidió por una vez.. Hacer lo nunca hecho.
Sorprender así concediendo
Aquello que siempre él andaba deseando.
Casi sin pensarlo demasiado.

Y entonces cada día fué el mismo día,
Cada amanecer por el mismo sitio el sol salía.
A la misma hora el mismo café en la misma cafetería.
Sin sorpresas.
Sin idas y venidas.
Y así la creatividad seria cosa exclusiva de lo ajeno.
No mirado.
No amado.
No estar nunca más involucrada  e involucrado.
Nunca mas la voz en la radio.
Nunca más escrito ningún renglón.
Nunca más nuestra canción.
La apuesta estaba hecha.
Hacer lo que siente el Corazón.
Y si había daño.
Que ese daño se hiciera el dueño.
Y la rutina la guía
Para no morir matando
ni matar muriendo.
Porque muerto el perro
Se acabó la rabia
Porque ya se había muerto en la matanza.
Porque ya se había matado al morir.
Al morir en éste dia soleado
FIN.