El viaje

Tal vez sólo era un viaje más. Un viaje para poder descargar toda esa energía mal enfocada y poco desarrollada.
Un viaje hacia algún lugar con vistas al mar.
Donde ser sólo uno más.
Sin sentir todas las miradas sobre él y sus acciones.
Sobre él y sus reacciones.
Tal vez, poder incluso descansar de aquellos amores que no llegaron a ningún lugar. Que no se anclaron en su pecho, o no tanto cómo para quererse quedar.
El bullicio de la gente acallaria su inquieto corazón.
Pues tan poco acostumbrado estaba a los sonidos que invitan a la calma, tan poco acostumbrado estaba a dejarse arrullar por esas melodías únicas que llenan de paz, que  los silencios de su hogar no dejaban silenciar a su mente que nunca callaba.
Tal vez el rumor del mar, con sus olas besando a la playa, le pudieran transportar hacia la plenitud del Yo. Y olvidar.
Olvidar aquella mirada mezcla de reproche, pasión y sumisión que le perseguía como si fuese pesadilla, desde que la conoció.
Otros cuerpos, otras miradas y otros besos, intentaron colarse en su mente y enraizarse en la memoria del placer, cuando al acostarse cerraba los ojos queriendo soñar con algo bello.
Pero, ay amigo, no había manera,  la última imagen al dormir, (y al despertar, la primera), seguía siendo ese color del Iris de la innombrable pesadilla que lo perseguía.

              ( placebo. I know )

Y él sabía,  Que todo lo curaba el tiempo, y que esa mirada tarde o temprano cambiaría.
Que dejaría de ser pesadilla para convertirse en sueño.
Que poco a poco se disiparia de su memoria como halos de bruma al despuntar el día.
Pero su pobre corazón aún no lograba entender que tan difícil era para el resto poderle comprender.
Y aceptar su forma de ser.
Su forma de entender a la incomprendida libertad.
Pues siempre hay varios prismas desde cuales mirar una  única verdad.
Varios caminos para el mismo destino
Siempre varios borradores para un mismo final.
Y no siempre es fácil acertar, elegir el más rápido,  cómodo o divertido.
El menos doloroso o atrevido.
No siempre Es fácil amar.

     ( You don't understand me)

Y así, cada tarde se sentaba en las rocas que se metían más allá de la playa.
Y así cada tarde observaba la profundidad de sus aguas, y dejaba perder la mirada allá a lo lejos, donde se confunde el azul del agua y del cielo.
Donde el sol se ablanda mientras hunde su cuerpo celestial, cuando la tarde anuncia su final. Y las gabiotas se recogen deteniendo el vuelo.
Entonces nuestro hombre, dejaba llevar también la imaginación hacia ese horizonte, despejado de toda tormenta.. Pues su mente luchaba entre las montañas y las olas. Entre la emoción de lo nuevo y la tranquilidad de lo viejo.
Entre su tierra y el sueño de escapar hacia nueva aventura. Hacia un nuevo invento de si mismo.
Lejos de aquella rota voz que le susurraba cariño desde su interior.
Voz lejana que nunca le hablaba, pero que de forma inconsciente se le clavo en el oído del corazón y apenas callaba repitiendo la misma canción

    ( placebo. My sweet prince )

Tristeza y Miedo.
Miedo a convertir su corazón en hielo.
Miedo a ser desierto.
Miedo a la soledad.
Miedo al amor sincero.
Miedo a la maldad.
A dejar de ser el.
A olvidar el sabor de su piel.
A la derrota.
O incluso al triunfo.
Pero ante todo,
miedo A su propio miedo.

              ( Madonna. Isaac.)

Pero éste es el viaje.
Lo que estaba creciendo dentro y expandiéndose por todos los poros de su cuerpo.
No un viaje hacia un destino nuevo.
No hacia un lugar.
Sino al encuentro de lo que creía muerto.
Algo sin retorno que lo cambiaba todo.
Algo, sin duda bueno.
Y regresaría entonces con sonrisa nueva y mirada llena.
Con el pecho erguido, y cubierto de esa felicidad plena que se intuye desde lejos.
Y volvería entonces a sentir lo que le contaban los ríos y los cerros, cuando tranquilo paseaba, sin pensar en el tiempo.
Y A sentir sus pisadas como fuego derritiendo a la nieve al pasar el invierno.
Y volvería entonces,
 así, sin esfuerzo .
A ser él, volvería de nuevo.

       (Manic street preachers.                       Rewind the film)